viernes, 25 de septiembre de 2009

domingo, 22 de marzo de 2009

sábado, 31 de enero de 2009

CHAPLIN. La inocencia, la ternura, el inolvidable ayer.


La vida es así, a veces hay que esperar para poder aprovechar las oportunidades que nos presenta, o que simplemente aparezca como por arte de magia, aquello que uno busca...

Desde la publicación de esta foto - que no es otra cosa que una versión muy personal de este entrañable personaje - estuve buscando un texto, a falta de una reveladora inspiración, que acompañara y homenajeara a este grande de la Historia de la Humanidad; de qué forma mejor hacerlo que con sus propias palabras, que a continuación comparto con todo/a aquel/la que quiera vibrarlas.





Ya perdoné errores casi imperdonables.

Intenté sustituir personas insustituibles


Ya hice cosas por impulso,

ya me decepcioné de personas

que pensé que nunca me decepcionarían.

Pero también yo decepcioné a alguien.


Ya abracé para proteger.

Ya reí cuando no podía.

Ya hice amigos eternos.


Ya amé y fuí amado,

pero también,

ya fuí rechazado.


Ya fuí amado y no supe amar.


Ya grité y salté de tanta felicidad.


Ya viví de amor e hice juramentos eternos

pero fallé muchas veces.


Ya lloré oyendo música y viendo fotos.


Ya llamé sólo para escuchar una voz,

y me apasione por una sonrisa.


Ya pensé que me moriría de tanta tristeza.


Tuve miedo de perder a alguien especial (y acabé perdiéndolo)

!Mas sobreviví!

Y todavía vivo!


No paso por la vida...

Y usted también no debería pasar.
VIVA!!!


Es bueno ir a la lucha con determinación,

abrazar la vida con pasión,

perder con clase y vencer con osadía.

porque el mundo pertenece a quien se atreve.


Y LA VIDA ES MUCHO

para ser insignificante.




"AÑORANZA",pinturas de mi niñez.

"Crear es no llorar mas lo que se ha perdido
y se sabe irrecuperable,
y rremplazarlo por una obra tal
que al construirla uno se reconstruye a sí mismo"

Didier Anzieu

Comencé a dibujar desde muy pequeño bajo miradas de adultos que describían mis incipientes trazos como una suerte de don para el arte.
Tendría siete años aproximadamente...

Mis padres, habiéndose dado cuenta de eso, comenzaron a llevarme a un taller de pintura el cual era dirigido por Obdulio Carrasco (¿Qué será de tu vida Obdulio?)
Recuerdo que cuando eso, mi búsqueda de modelos a pintar estaba dirigida a animales.
Los niños se identifican mucho con los animales, y yo no era la excepción.
Animales y mas animales... musas inspiradoras de la naturaleza salvaje.

Ese espacio de entrenamiento en la creatividad, se complementaba con horas de juego solitario con pequeños personajes de papel por mi imaginación inventados.
Trozos de papel glacé que se transformaban en caritas, manos o pequeñas alas que adornarían una pequeña ficha de Ludo.

Me llevó un tiempo reencontrarme con ese niño y que él se reconciliara con el adulto que hoy soy.

A veces hoy en día, acudo a ese niño pidiendole explicaciones.

Antoine de Saint - Exupéry dice en su entrañable "Principito" que "las personas mayores jamás comprenden nada por sí solas, y es agotador para los niños tener siempre que darle explicaciones".

En varios dialogos con él, mi ser adulto ha pedido respuestas, donde a veces los silencios reflexivos se instalan, se vuelven retóricos y dejan de ser resistenciales.

Silencios a los que el niño vuelve a reclamar que pinte algun animalito, de esos que otrora alimentaba las fantasías y aventuras de una infancia añorada a veces por sus alegrias, rechazada en otras por algunas tristezas y agradecida siempre por lo que de ella aun continúo aprendiendo.

Gracias a mis padres, porque sin ellos ni ese niño, ni el ser adulto que hoy soy se hubiesen dibujado en el lienzo de la vida, y del que ni del uno, ni del otro, me arrepiento.







sábado, 24 de enero de 2009

Re-encuentro


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Reencontrarse con el espacio en blanco del compensado, o el vacío del lienzo que esperan a ser completados, producidos.

Trascender el primer shock frente a la no - inspiración; acudir a nuestras imágenes y sentimientos inspiradores que se apoderan de nuestras manos y exorcizan nuestros miedos al error.

Aprender a que no hay errores incorregibles; animarse a mostrarse en una línea llena de colores; descubrir la alteridad y reconocerse en una forma.

Animarse nuevamente a encontrarse con ese niño que sostenía una paleta mucho mas grande que su propia mano, llena de oleos y mezclas, como lleno su corazón estaba de expectativas para su futuro.

Mirar ese niño de lentes grandes y pelo peinado hacia el costado, que buscaba animales de modelos para sus incipientes "obras de artes" ahora "transformado", en todo sus mas radicales sentidos, en quien pinta otras formas y con otros colores; que se anima a realizar otras mezclas en su paleta, la que ya no le queda grande.

Re-encontrarse con uno mismo, para encontrarse con el Otro, que nos espera escalera abajo, siempre dispuesto a brindarnos su mejor parte y esas dos palabras tan anheladas que uno tanto desea oir.